Mamá no quiere!
¿Hasta dónde los padres (especialmente las madres) se sienten en el derecho de hacer que sus hijos sean un reflejo de lo que ellos quieren?
Martha tiene dos hijas, de 10 y 6 años, un día decidieron ir de compras con su padre. Llegaron a la tienda donde acostumbraban comprar ropa a las niñas, además de que debían aprovecar las ofertas.
Martha muy amablemente le dijo a su hija mayor que buscara algo que le gustara, porque la vez anterior habían comprado sólo ropa para la mas pequeña de sus hijas. Se dirigió entonces a ver lo que había, Martha sugirió un blue jean, pero a la niña no le agradó mucho la idea, definitivamente ella prefería una falda.
- Busca una falda entonces - Dijo Martha.
Encontró una falda de blue jean que le gustó mucho, entonces buscaron una camisa que combinara, pero al probarse la ropa, la falda no quedó tan bien como parecía y hasta allí llegó el encanto de la falda. Buscaron otra falda que le sentara mejor, pero ya no combinaba con la camisa; había entonces que buscar otra camisa de su talla. La niña comenzó allí una busqueda tormentosa por una camisa que cohincidiera con los gustos de ella y los de su madre.
- Ese detalle no me gusta, Esa es muy descotada, esa me parece fea, ese color no me agrada, esa se ve muy pequeña! - Eran las excusas que Martha daba para desaprobar tooodas las camisas que su hija buscaba, comenzó ella entonces a buscar las camisas mas conservadoras y simples que consiguió en la tienda, pero tampoco dió resultado, Martha seguía diciendo que NO a todas.
Mientras tanto la niña mas pequeña decidió buscar algo tambien para ella y se antojó de una falda, pero en este caso una larga. Primero eligió una en un color amarillo con detalles brillantes a los bordes.
- ¿Eso te gusta?? - Exclamó Martha, con cara de asombro - preguntale a tu papá.
- ¿ Esa te parece bien? - Dijo Martha a su esposo, refiriendose a la falda de la niña
- Si - respondió
- Pero esta falda, con estas cosas aqui (los detalles brillantes), ¿te parece bien para ella? - insistía Martha tratando de decirle con la mirada (entre asombrada y disgustada) que tenía que decir que NO.
- Si, me parece bien, pruebatela - volvió a responder.
Luego de probarsela, ya no le pareció tan bonita a la niña, entonces buscó otra en un color negro , con la que se repitió la historia, sólo que con una diferencia:
- A mí me gusta; a ti no , pero a mi si !!! - Exclamó la niña a su madre. Cuando llegó su hija mayor a mostrarle la camisa numero 873837847837834 que intentaba combinar con la falda y Martha seguía sin aprobar, entonces su hija pequeña volvió a reaccionar diciendo: - Pero dejala que se la ponga y se la lleve, esa camisa le gusta a ella y es ella la que se la va a poner !
- NO, no me gusta busca otra! - respondió Martha.
Ya decepcionada, cansada de tantas negativas, sin esperanza de poder moldearse a lo que su madre quería ella decidió no buscar más nada y reclamarle a su madre que no era justo que nada de lo que ella quisiera a ella le gustara, que nada de lo que tenía a Martha le parecía bien, que no podía usar nada de lo que ella quería!
Martha siguió firme a todo lo que habia hecho y dicho, no le importó ver la cara de decepcion de la hija que trataba de complacerla en todo lo que ella quería, ni la rabia que sentía de ver que su hermana si lograba combatir las preferencias de su madre. Una niña que perdía los deseos de encontrar su propia personalidad, para seguir al pie de la letra lo que su madre quería porque a pesar de todo, el ser humano siempre busca aceptación y por encima de cualquier otra persona, quiere ser aceptado por sus padres.
Así sucede entonces con la ropa, con la forma de actuar, con las amistades, los lugares que frecuentan, los deportes que practican y la carrera que deciden estudiar y aun hay quienes no tienen el espíritu luchador de la hija menor, para conseguir lo que ellos /as quieren a pesar de lo que sus propios padres quieran para ellos.
Comentarios
Salu2
Es un reto que no se enfrenta de esa forma (digo yo)
Y no, no se resuelve ni con 25 Ices.
Saludos
Saludos