¿Qué ves?¿Qué sueñas?

Era un día soleado y tranquilo como cualquiera cuando la Sra. Martinez, vecina de Julia, salió a pasear a su preciado poodle. Julia observaba por la ventana al Sol reflejado en la ventana del frente, a la Sra. Martínez con su Poodle y un corsa que venía pasando por la calle, se percató de la hora y pensó que era aún muy temprano para estar despierta.

No tardó en retomar el sueño, apenas al recostarse sobre su cama nuevamente. Pasaron como mucho, tan solo 15 minutos cuando entre dormida y despierta un fuerte ruido la despertó, en seguida escuchó al poodle de la Sra. Martínez ladrando, con su agudo sonido y un grito de Auxilio rompía con la calma de aquel día.

-Fuego, fuego!!!!!!

Comenzó a gritar El Sr. Torres y vecino conjunto de los Martinez. La alarma hizo que la mayoría de los vecinos salieran de sus casa a observar lo que estaba ocurriendo, pero la hora, la bulla y el crujido de la madera consumiendose en llamas no fué suficiente para alertar a todos los vecinos de la zona. Antes de que los menos impresionables pudiesen pedir ayuda de los bomberos, hubo otra explosión y la Sra. Martínez no encontraba explicación a lo que habia sucedido, lloraba desconsolada al ver su casa convertirse en una enorme llamarada amarillo-anaranjada.



Julia se encontraba a tan sólo 3 casas de los Martínez y veía impresionada lo que sucedía en aquella calle que hacía tan solo minutos era el vecindario tranquilo de siempre, permaneció por un momento en shock sin pensar en lo que debía hacer. Su madre llegó corriendo a avisarle de lo que estaba sucediendo, pero ella ya lo sabía, entonces reaccionó con el sonido de la tercera explosión a la que siguió el grito de la Sra. González, quién ahora se encontraba frente a aquella llamarada.


El caos se apoderaba de la calle, los vecinos se preguntaban por los bomberos ¿dónde estan? ¿Por qué no han llegado?¿Tu llamaste?, algunos trataban de sacar las mangueras de sus casas, pero éstas no alcanzaban ni a hacerle consquillas a aquella llamarada que se extendía con fuerza cada vez más rápido, los Gonzalez salían corriendo de su casa, llenos de desesperación. Los niños lloraban y algunas mujeres creyendo en el esfuerzo de las mangueras sacaban tobos de agua para ayudar.


Julia y su madre se vieron fijamente y comprendieron que no había tiempo de esperar por la llegada de los bomberos, tenian que salir de allí antes de que las llamas llegaran hasta su casa. Julia dudó, no sabía si volvería a ver sus cosas, si ese era el final de todo lo material o no; el humo comenzaba a ahogarla, no tenía tiempo de pensar y es que lo que quería no era su radio o su televisor, ni siquiera la computadora nueva, quería llevarse consigo y saber que estaba a salvo todos los recuerdos que tenía guardados en aquel lugar.


Un grito que la llamaba: Juuuuuulliaaaaaaaaa!!!! - la hizo dejar de soñar.


Despertó agitada, sudando frío y con la idea de tener que huir. ¿Qué?- Todo aquello había sido un sueño ¿ o no?- pensaba mientras salía del asombro. Su madre entraba a su cuarto y le preguntaba si sabía lo que estaba pasando al frente. Salió corriendo hacia la ventana y vió a una multitud de vecinos reunidos alrededor de la casa de los Torres, desde una de las ventanas salía humo. Ahora no entendía nada, estaba muy confundida -¿se está quemando?- preguntó entre confundida y asombrada.


- No se sabe, lo único que vió la Sra. Martinez cuando estaba paseando al perro fué ese humo , tocó el timbre pero nadie contestó, suponemos que no hay nadie en la casa.
-¿Llamaron a los bomberos?
-Sí.- ( justo en ese momento se escuchó la alarma del camión).

Tumbaron la puerta y entraron a la casa, el humo venía de la cocina. Los Torres habían salido y no se percataron de los teteros que dejaron en la cocina esterilizando.

Julia ciudado con lo que sueñas!