La primera vez III

Ana tiene 15 años y como todas las chicas de su edad, ya siente que es toda una mujer, que ha crecido y es hora de experimentar cosas nuevas. Afortunadamente es novia de Luis quien ya tiene experiencia y poco a poco la va conduciendo hacia esa área desconocida para ella.

Ana siente muchísima curiosidad, pero también tiene algo de miedo. A veces, tarde en las noches se sienta en la computadora a buscar las respuestas para sus preguntas, escribe en foros y espera desesperadamente que alguien la ayude sinceramente, mientras Luis sigue avanzando.

Finalmente, llega el día que Luis venia esperando desde hace rato, Ana decidió que no debía esperar mas y cedió ante el encanto de Luis, pero ella en realidad no estaba preparada. Se vistió rápidamente y se fue a su casa con la fuerte idea de que llevaba un letrero en la frente que decía: Ya no soy virgen.

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Con la paranoia de que se notaba lo que acababa de pasar llegó a su casa, se encerró en su cuarto y comenzó a llorar, no sabía qué hacer o a quien recurrir,no quería que su madre la viera porque podría darse cuenta, no encontraba consuelo en nada o no podía pensar en conseguirlo de alguna forma, claramente. Se sentía sucia, pero ni un largo baño de agua tibia le quitó la sensación, se sentía culpable y sabía que no tenía la cara para ocultarlo.

Desesperada por todas estas sensaciones decidió llamar a su hermana mayor. Lloraba desconsolada mientras le preguntaba lo que le pasaba, entonces sólo se le ocurrió decir que había peleado con Luis. Su hermana, como si pudiese descifrarla a través del teléfono, le dijo que no se preocupara, que eso se le pasaría, a todas se nos pasaba después de la primera vez. Debía comportarse como la mujer que quería ser, debía además ser responsable y no preocuparse porque no llevaba un letrero que delatara su condición. Ana estaba entre confundida y aliviada, pensó por un momento que era demasiado obvia, pero a la vez encontró consuelo en las palabras de su hermana.

Años después, Ana ya no se siente culpable de nada de lo que hace, pero aun no encuentra una pareja que haga el match perfecto, aun no sabe lo que es un orgasmo y va dando tropiezos en la intimidad, con hombres que nunca la han comprendido o complacido, quizás como ella se lo merece.

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